Sigan amándose unos a otros fraternalmente. (Hebreos 13:1)
Tal como Dios nos ama de forma constante, es importante que amenos a nuestros hermanos en Cristo. A veces tenemos compasión de las personas desconocidas y dejamos de atender a nuestros amigos más cercanos.
A veces es necesario llorar porque llega un momento triste y otras veces debemos sonreír cuando es tiempo de júbilo (Romanos 12:15). Esa ayuda se puede expresar dedicándonos a escuchar, a orar o hasta a dar un consejo. El amor fraternal nos mantiene unidos y donde hay dos reunidos en el nombre de Jesús, él está presente (Mateo 18:20).
Invierte tiempo y amor con tus amigos. Jesús, nuestro mejor amigo, dio su vida para salvarnos. Dedica la tuya al amor fraternal.
Cultiva el amor fraternal
- Mantén el contacto regular con tus amigos. Muéstrate cercano y accesible.
- Fíjate en los detalles, muestra tu disponibilidad para ayudar a tus hermanos.
- Anima a tus amigos a que se dediquen a Dios. El esfuerzo en la fe trae unidad.
Para orar:
Señor, úsame como un instrumento en tus manos. Que mi vida pueda ser un canal de bendición para mis hermanos. Capacítame para ayudar más y más. Amén.
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